Leyenda de los gatos atigrados

Leyenda de los gatos atigrados

 

Cuenta la leyenda que en el establo donde nació Jesús había muchos animales, entre ellos una gata grande y peluda que se acercaba al niño para darle calor. Una noche, Jesús lloraba desconsoladamente y la gata, con su suave ronroneo consiguió calmar su llanto y relajarlo hasta que quedó dormido.

La Virgen María, en agradecimiento, acarició la cabeza de la gata, donde se le apareció la letra M, M de María. Desde ese instante, todos los gatos descendientes de esa gata nacerían con la misma letra M y se les denomina gatos puros, buenos y nobles.

En el islam también hay una leyenda similar. Los musulmanes son en general muy respetuosos con los gatos, ya que Mahoma fue un gran amante de este animal.

Un día Mahoma estaba ocupado orando, tan absorto en la contemplación que no se percató de la proximidad de la serpiente, que esperaba sigilosa escondida en un hueco. Un gato apareció rondando y pese al temor que la mayoría de los animales tienen hacia las serpientes, el felino logró ahuyentarla. Mahoma acarició al gato en la frente, pasando su mano por la cabeza del gato atigrado, dibujando en su cabeza el patrón en forma de 'M' con cinco trazos, que desde entonces portan en la frente todos los gatos atigrados.

 

Regresar al blog